Recorriendo la vida pasito a pasito
Los pies de los niños no son una versión en miniatura de los pies de los adultos. Los bebés presentan unas gruesas almohadillas de grasa bajo la planta del pie y, durante los tres primeros años de vida, sus pies son casi planos. Al dar sus primeros pasos, los bebés comienzan a andar con una especie de «bamboleo» y las piernas ligeramente arqueadas. Su nueva posición erguida y el peso que soportan los pies producen cambios en el cartílago y en las articulaciones, que, poco a poco, van formando arcos longitudinales y transversales. El complejo pie de un adulto se desarrolla por completo al llegar a la pubertad.
Los pies de los niños no son una versión en miniatura de los pies de los adultos. Los bebés presentan unas gruesas almohadillas de grasa bajo la planta del pie y, durante los tres primeros años de vida, sus pies son casi planos. Al dar sus primeros pasos, los bebés comienzan a andar con una especie de «bamboleo» y las piernas ligeramente arqueadas. Su nueva posición erguida y el peso que soportan los pies producen cambios en el cartílago y en las articulaciones, que, poco a poco, van formando arcos longitudinales y transversales. El complejo pie de un adulto se desarrolla por completo al llegar a la pubertad.