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Naturgewolltes Gehen

Caminando de la manera más natural posible.

El pie humano es una prodigio de la naturaleza. Está formado por 26 huesos, 33 articulaciones, 20 músculos y 114 ligamentos. Es una de las partes más complejas de nuestro cuerpo y es extremadamente resiliente. Al correr o al saltar, el pie debe soportar la presión de varias veces nuestro peso corporal. A lo largo de nuestra vida, nuestros pies nos permiten recorrer de media tres globos. No es de extrañar, pues, que muchos adultos sufran de afecciones en los pies.

El pie humano es una prodigio de la naturaleza. Está formado por 26 huesos, 33 articulaciones, 20 músculos y 114 ligamentos. Es una de las partes más complejas de nuestro cuerpo y es extremadamente resiliente. Al correr o al saltar, el pie debe soportar la presión de varias veces nuestro peso corporal. A lo largo de nuestra vida, nuestros pies nos permiten recorrer de media tres globos. No es de extrañar, pues, que muchos adultos sufran de afecciones en los pies.

Hechos para la naturaleza

Desde el punto de vista evolutivo, el pie humano está hecho para la naturaleza. Nuestros antepasados caminaban descalzos por bosques, montañas y ríos. Cazaban, recolectaban e incluso cultivaban descalzos. Desde entonces, nuestros pies no han cambiado, aunque, evidentemente, el mundo que habitamos es muy diferente.

Caminar de forma natural, descalzos sobre la tierra, estimula la fuerza natural de nuestros pies. Cuantos más tipos de estímulos reciban, más flexibles, fuertes y funcionales serán nuestros pies.

Desde el punto de vista evolutivo, el pie humano está hecho para la naturaleza. Nuestros antepasados caminaban descalzos por bosques, montañas y ríos. Cazaban, recolectaban e incluso cultivaban descalzos. Desde entonces, nuestros pies no han cambiado, aunque, evidentemente, el mundo que habitamos es muy diferente.

Caminar de forma natural, descalzos sobre la tierra, estimula la fuerza natural de nuestros pies. Cuantos más tipos de estímulos reciban, más flexibles, fuertes y funcionales serán nuestros pies.

Paso a paso

Cuando el ser humano camina sobre la arena blanda, la distribución del peso en el pie se considera perfecta. El ciclo de la marcha comienza con el apoyo del hueso del talón (también denominado calcáneo), que es el hueso más grande y resistente del pie. A medida que el pie rueda, el peso se distribuye sobre el borde externo del pie (lo que se denomina huella natural). Tras este movimiento inicial de rodadura, el peso se transfiere a la «bola» del pie. El movimiento termina con la elevación del talón y la fase de «propulsión» sobre el dedo gordo.

Cuando el ser humano camina sobre la arena blanda, la distribución del peso en el pie se considera perfecta. El ciclo de la marcha comienza con el apoyo del hueso del talón (también denominado calcáneo), que es el hueso más grande y resistente del pie. A medida que el pie rueda, el peso se distribuye sobre el borde externo del pie (lo que se denomina huella natural). Tras este movimiento inicial de rodadura, el peso se transfiere a la «bola» del pie. El movimiento termina con la elevación del talón y la fase de «propulsión» sobre el dedo gordo.

Naturgewolltes Gehen
Un problema, una solución

Las superficies duras, tan habituales en el mundo moderno, no proporcionan ningún tipo de apoyo natural ni de «entrenamiento» para los sistemas naturales del pie. Esta falta de apoyo provoca la atrofia de estos sistemas sensoriales naturales. En consecuencia, el arco del pie puede perder tensión. Hoy en día, los arcos vencidos o los «pies planos» se han convertido en un problema doloroso y generalizado. La solución reside en utilizar un calzado que no solo proteja los pies, sino que también refuerce su anatomía natural y fomente una forma de caminar lo más natural posible, que hace tiempo olvidamos. Durante generaciones, éste ha sido el principal objetivo que ha movido a los BIRKENSTOCK.

Las superficies duras, tan habituales en el mundo moderno, no proporcionan ningún tipo de apoyo natural ni de «entrenamiento» para los sistemas naturales del pie. Esta falta de apoyo provoca la atrofia de estos sistemas sensoriales naturales. En consecuencia, el arco del pie puede perder tensión. Hoy en día, los arcos vencidos o los «pies planos» se han convertido en un problema doloroso y generalizado. La solución reside en utilizar un calzado que no solo proteja los pies, sino que también refuerce su anatomía natural y fomente una forma de caminar lo más natural posible, que hace tiempo olvidamos. Durante generaciones, éste ha sido el principal objetivo que ha movido a los BIRKENSTOCK.

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La plantilla

En 1902, Konrad Birkenstock comenzó a trabajar en la primera plantilla flexible, que, más adelante, se convertiría en la famosa plantilla BIRKENSTOCK. La plantilla sigue el modelo de una huella humana en la arena. Refleja a la perfección las formas y curvas anatómicas del pie humano. Mediante la utilización de una exclusiva mezcla de corcho y látex, se alcanza el equilibrio perfecto entre resistencia, soporte y flexibilidad. Al distribuir el peso de manera uniforme sobre el pie, la plantilla permite sostener la anatomía del pie en movimiento como si éste caminara sobre la arena. El pie se estabiliza y puede rodar de forma natural. También se fomenta la función natural de «agarre» de los dedos de los pies, que transfieren la fuerza generada en el movimiento del cuerpo al suelo. El borde elevado de la plantilla proporciona una protección adicional. Más de un siglo después de su primer diseño, la plantilla BIRKENSTOCK continúa permitiéndonos caminar de la manera más natural posible.

En 1902, Konrad Birkenstock comenzó a trabajar en la primera plantilla flexible, que, más adelante, se convertiría en la famosa plantilla BIRKENSTOCK. La plantilla sigue el modelo de una huella humana en la arena. Refleja a la perfección las formas y curvas anatómicas del pie humano. Mediante la utilización de una exclusiva mezcla de corcho y látex, se alcanza el equilibrio perfecto entre resistencia, soporte y flexibilidad. Al distribuir el peso de manera uniforme sobre el pie, la plantilla permite sostener la anatomía del pie en movimiento como si éste caminara sobre la arena. El pie se estabiliza y puede rodar de forma natural. También se fomenta la función natural de «agarre» de los dedos de los pies, que transfieren la fuerza generada en el movimiento del cuerpo al suelo. El borde elevado de la plantilla proporciona una protección adicional. Más de un siglo después de su primer diseño, la plantilla BIRKENSTOCK continúa permitiéndonos caminar de la manera más natural posible.

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