Cada par de Birkenstock pasa por unas 50 manos humanas mientras los diferentes componentes se estiran, se recortan, se esculpen, se alisan, se fijan, se pegan y, finalmente, se transforman en un funcional calzado. Fabricar unas Birkenstock requiere de un meticuloso trabajo. Aunque, independientemente del modelo, todo empieza por la plantilla. Ésta se compone de diferentes capas de materiales naturales cuidadosamente seleccionados, como el yute, el corcho, el látex y el ante, que, a continuación, se moldean en un molde anatómico perfeccionado durante décadas en base a unos fundamentos ortopédicos. Una vez confeccionada la plantilla, se fijan los materiales de la parte superior, los herrajes y las suelas.
Cada par de Birkenstock pasa por unas 50 manos humanas mientras los diferentes componentes se estiran, se recortan, se esculpen, se alisan, se fijan, se pegan y, finalmente, se transforman en un funcional calzado. Fabricar unas Birkenstock requiere de un meticuloso trabajo. Aunque, independientemente del modelo, todo empieza por la plantilla. Ésta se compone de diferentes capas de materiales naturales cuidadosamente seleccionados, como el yute, el corcho, el látex y el ante, que, a continuación, se moldean en un molde anatómico perfeccionado durante décadas en base a unos fundamentos ortopédicos. Una vez confeccionada la plantilla, se fijan los materiales de la parte superior, los herrajes y las suelas.